El calendario alternativo juega su propia guerra. El Día Mundial de la Leche Escolar nos devuelve al recreo con galletas María, justo cuando los titulares recuerdan que la ciencia avanza en biomarcadores para la ELA o desmiente vínculos entre paracetamol y autismo. La inocencia del vaso blanco frente a la crudeza del laboratorio.
Al día siguiente, el Día Internacional de Investigación contra el Cáncer se cuela en la agenda global. Y ahí, mientras científicos rastrean proteínas y epidemias, la política exterior decide con un sello lo que otros defenderán con fusil. Ciencia y diplomacia nunca coincidieron en la barra, pero hoy piden agua con limón para seguir vivos.
El Día Interamericano de las Relaciones Públicas recuerda que una nota de prensa bien escrita puede ser más eficaz que un misil mal lanzado. Y que a veces un canapé y un cava brut nature resuelven lo que cien cumbres no logran.
El Día Mundial del Turismo llega justo cuando Ragasa y Gabrielle arrasan mapas. Ironía planetaria: celebramos viajar mientras los aeropuertos cierran. La maleta espera en el pasillo, con el pasaporte como marcador de páginas. Un fino frío y una tapa de almendras hacen más por el turismo que todos los discursos sostenibles.
Mientras tanto, los americanos celebran el Día del Cono de Helado y el Día del Chocolate Blanco. Nosotros, con moscatel y PX, recordamos que la infancia es universal, aunque el presente huela a viento y petróleo. Porque sí, el Brent baja a 66 dólares tras un acuerdo kurdo, y la energía se convierte en tema de sobremesa con el cucurucho de postre. Francia reconoce a Palestina y actualidad semanal
En la misma semana, el Jubileo de las Cerezas nos pone la sartén en llamas con kirsch. El mundo habla de drones en Polonia y Moldavia denuncia campañas de desinformación con IA, pero nosotros flameamos cerezas y descorchamos un brut rosado. Hay catástrofes que se entienden mejor con postre ardiente.
Y entre tanto, el Día Nacional de los Trabajadores del Servicio de Alimentos pide aplauso para quienes sostienen la vida diaria: cocineros, sumilleres, camareros, brigadas invisibles. En su copa, vermú de personal al cierre. Porque sin ellos no hay relato ni resistencia. Francia reconoce a Palestina y actualidad semanal
El viernes remata con el Abraza un día vegetariano. El planeta se parte entre carne y tofu, entre drones y legumbres. Un clarea con melocotón, unas verduras al romesco y la certeza de que la paz mundial, quizá, empieza en el plato.
Así va la semana: Francia abre la puerta a Palestina, Ucrania abre fuego en Crimea, la Tierra abre tormentas sobre océanos y Suiza cierra tipos a cero. Todo cabe en el mismo vaso corto donde se mezclan turismo, helado, relaciones públicas y cerezas jubilosas.
El mundo se tambalea, sí. Pero nosotros seguimos bebiendo, escribiendo y riendo. Porque los titulares pasan, las efemérides caducan, y la sed, como siempre, permanece.