El verano no perdona. El sol derrite hasta las ganas de leer y convierte cualquier novela de más de 200 páginas en un arma blanca. Por eso, hemos creado la guía más fresca del verano. Vinos que te devuelven la vida y lecturas.
Aquí no hay postureo: solo combinaciones literarias y vinícolas para sobrevivir a agosto con estilo.
PARA QUIENES QUIEREN ESTAR AL DÍA (Y FRESCOS)
Si te animas con El jardín de los espejos de Julia Navarro, prepárate: intrigas, secretos y más giros que una trama de Shonda Rhimes. Pide compañía líquida a la altura: un Albariño con crianza, como Pazo Señorans Selección de Añada, elegante y con misterio en cada sorbo.
Para quienes leen en hamaca y aún presumen de intelectuales
Rosa Montero vuelve en 2025 con Las ciudades transparentes. Filosofía, melancolía y un toque futurista, como si Her y Blade Runner hubieran tenido un hijo literario.
Aquí no vale cualquier vino: pide un godello con personalidad, como As Sortes de Rafael Palacios. Capas, matices y frescor para resistir la ola de calor intelectual.
Para quienes este verano solo procesan dibujitos (sin culpa)
¿Solo te da la cabeza para algo ligero? Pásate a Heartstopper, la nueva edición ilustrada de Alice Oseman en español, o desempolva Sandman de Neil Gaiman, que regresa en formato deluxe este 2025.
Nada de solemnidad: abre un frizzante natural travieso, como Pet’ Mutt de Partida Creus. Burbuja ligera, cero complicaciones y perfecto para leer sin gafas de pasta.
Para quienes prefieren un cadáver que una declaración de amor
de Dolores Redondo, un relato que leemos con el corazón en un puño y sin tregua. Intriga en una atmósfera de presagios, brujería e intuiciones.
Necesitas algo igual de afilado: un txakoli de Getaria, como Ameztoi Primus, que corta la tensión como un cuchillo frío.
Para los románticos que viven de relecturas (y sangría emocional)
Si otra vez estás con Cien años de soledad o Rayuela, al menos hazlo con un vino que te despierte entre páginas: un listán blanco canario como Vidonia de Suertes del Marqués. Volcánico, fresco y perfecto para perderte en Macondo sin derretirte.
Para los que no se despegan del thriller (ni del ventilador)
Todo muere de Juan Gómez-Jurado (2025). Páginas que vuelan solas mientras tú sudas en la tumbona.
Pide un vino a la altura: un albarín, como Peregrino, de Bodegas Gordonzello. Fresco como una ráfaga de aire y fácil de beber entre cliffhangers.
Para quienes solo buscan excusa para abrir otra botella
Hay quien dice que agosto es para no leer y solo brindar. Para ellos, nada de tinto low cost: mejor un rosado serio y vibrante, como Bob Rosat de Gallinas & Focas (Mallorca). Fresco, divertido y con historia, perfecto para fingir que discutes sobre literatura mientras rellenas la copa.
Bonus track para lectores nostálgicos de los 80 (o de Stranger Things)
Si este verano te toca maratón de cómics ochenteros como Watchmen o recuperas Astérix en Hispania, dale un toque retro: un espumoso clásico como Gramona Imperial Gran Reserva Brut. Burbuja fina y un toque vintage que pega con todo.