En San Martín de Valdeiglesias, donde Madrid roza Ávila y la Sierra de Gredos marca el horizonte, nace Las Luces libro dieciocho eco. No es un vino más. Es la Garnacha centenaria de Las Moradas de San Martín, un tinto que solo ve la luz en añadas excepcionales. Y 2020, con todo lo que trajo, también regaló viñedos de película.
Las viñas, de más de 100 años, crecen a casi 900 metros de altitud en suelos graníticos y arenosos. Raíces profundas, poca agua, noches frías incluso en agosto. El resultado: un vino con mineralidad vibrante, taninos finos y acidez fresca de montaña, de esos que despiertan hasta a un domingo perezoso.
Al timón está Isabel Galindo, enóloga que firma un estilo propio. Vino ecológico, vegano, fermentación natural y crianza elegante (18 meses en barrica francesa nueva). Sin artificios. Aquí no hay maquillaje, solo Garnacha que habla claro.
Pero Las Luces no se queda en la copa. Cada botella se entrega con un libro incluido. Los textos son de autores como Espido Freire, porque la idea es que se beba y se lea, que acompañe conversaciones largas y noches de verano con banda sonora propia.
En nariz, se abre con frutos rojos silvestres, regaliz, grafito y un toque balsámico que recuerda a esas sobremesas eternas con Bowie o Leonard Cohen de fondo. En boca, es amplio, elegante, profundo y persistente, un vino que no necesita gritar para hacerse notar.
Para disfrutarlo de verdad, apuesta por quesos curados de oveja o un guiso de setas de temporada. Y sí, aunque sea verano, olvida el tópico: este tinto de altura refresca más que muchas cervezas de playa (siempre servido a su temperatura ideal).