El SuperTOP de octubre no se ha elegido, se ha peleado. Porque en Viñedos Alonso del Yerro hay dos vinos que pedían la corona: Alonso del Yerro 2021 y María 2021. Los dos son hijos de la misma añada, marcada por la gran nevada Filomena, que congeló el país entero y puso a prueba hasta las raíces del viñedo.
Pero hay algo más. Estos 2021 son los primeros vinos firmados por Miguel, el hijo de la casa. Aunque lleva trabajando en la bodega desde 2011, este año estampa su nombre de verdad. Y eso se nota. Porque el relevo generacional no se anuncia: se descorcha.
Viñedos Alonso del Yerro no es solo una finca en la Ribera del Duero. Es un proyecto familiar que se entiende mejor cuando se ve a todos implicados, desde la madre hasta los hijos, entre cepas, cubas y barricas.
Al frente está María del Yerro, que además preside Grandes Pagos de España. Pero aquí el cargo importa poco. Lo importante es que, en Alonso del Yerro, la familia se vuelca de lleno en cada añada, con la paciencia de quien sabe que el vino no se hace corriendo, sino esperando.
Entre Alonso y María: dilema delicioso
Reconozcámoslo: este mes costó elegir.
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Alonso del Yerro 2021 es el corazón de la bodega. Un Tempranillo con acento de Ribera, crianza elegante en roble francés, fruta madura y especias que entran en boca como amigos de toda la vida.
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María 2021 es la cuvée más selecta, fruto de dos parcelas únicas —El Circo y Violeta—. Es profunda, concentrada, con ese aire de gala que solo sacas en ocasiones especiales.
Los dos sobrevivieron a Filomena, los dos llevan la primera firma de Miguel. Pero octubre pedía un vino que se disfrute tanto en la sobremesa como frente a la chimenea. Por eso ganó Alonso del Yerro 2021.
Y luego está María…
Porque si a un vino le pones el nombre de tu madre, algo tiene que tener. María 2021 no es solo un cuvée de lujo: es un homenaje. Y aquí todas somos Marías. Tú, yo, la revista mariacong. En este caso, un vino con G mayúscula: de Gusto, de “Güeno”, de Grande.
Quizá por eso dolió tanto dejarlo fuera del SuperTOP. Porque detrás de cada copa de María está ese cariño filial que trasciende cualquier nota de cata. Es elegante, sí. Pero también es un recordatorio de que el vino, como la vida, siempre se apoya en alguien a quien llamamos por su nombre.
Volvamos al protagonista. Alonso del Yerro 2021 se abre con un color intenso, casi hipnótico. En nariz, fruta negra, vainilla, especias y un fondo mineral. En boca, taninos firmes pero pulidos, estructura elegante y un final largo, de esos que se quedan contigo más que un verso de Leonard Cohen.
Lo verdaderamente importante de esta añada no está solo en la copa. Está en la historia: la nevada Filomena que puso a prueba viñas y paciencia; la familia que resistió; y Miguel, que tras una década de trabajo, firma por primera vez los vinos de la casa. Esa firma no es un detalle en la etiqueta: es identidad, es relevo, es futuro.
Alonso del Yerro 2021 pide carnes rojas, guisos de otoño y quesos potentes. Pero también funciona con un vinilo de Bowie, una manta en el sofá y la sensación de que todo se puede superar, incluso una nevada histórica.
Este mes levantamos la copa por Alonso del Yerro 2021, un vino que sobrevivió a la nieve, que comparte protagonismo con María y que marca el inicio de una nueva etapa en la bodega.
Porque hay vinos que cuentan historias. Y hay historias que saben a vino.