El otoño ha llegado, y con él, las hojas caen, las tardes se acortan y el aire se llena de ese fresquito que pide… ¡un buen aperitivo! Porque, seamos sinceros, ¿quién no disfruta de un buen rato con amigos, mientras todavía hay un rayo de sol?
Palma de Mallorca: Aperitivo con vistas al Paraíso
La isla de Mallorca no solo es conocida por sus playas, sino también por su excelente oferta gastronómica. Si te acercas a locales como Es Baluard, disfrutarás de un aperitivo con vistas impresionantes. Podrás tomarte un vermut Yzaguirre mirando a la Catedral y al castillo de Bellver.
Si quieres descubrir La Biblioteca de Babel, lo puedes hacer con un buen vino. Imagínate leyendo “Las formas del querer“, con una copa de Tanuki Bob. Un tinto mallorquín rico, rico y con carácter solidario.
Si además escuchas “Puente a Mallorca”, de Los Mismos, podrás sumergirte aún más en la atmósfera insular, con una sonrisa en la boca.
Zaragoza: Aperitivo en el Corazón del Ebro
En Zaragoza, el aperitivo tiene un toque muy auténtico, con productos aragoneses que te conquistan al primer bocado. El Tubo es la zona ideal para explorar, con bares como El Champi, donde el vermut de la casa o una cerveza artesanal se acompañan de champiñones rellenos o migas con huevo. El ambiente es tan acogedor y pintoresco que te sentirás en una road movie española, como “Carmina o Revienta“, donde cada parada es un descubrimiento.
Aunque, si te gusta el vino para el aperitivo, con ‘Amontillado Winebar’ has dado en el clavo. Aquí puedes disfrutar de vinos diferentes, con platos a la altura. Por ejemplo, toma sus tallarines de arroz, setas y huevo a baja temperatura, y armonízalos con Vino atlántico 2021. También lo puedes hacer con una copa de Amontillado NPU, de Sánchez Romate, si eres más de generosos. Acompáñalos con “Sierra de Luna“, una jota tradicional que te puede hacer llorar.
Santander: Aperitivo con Brisa del Cantábrico
En Santander, el aperitivo se disfruta con el sabor salado de la brisa marina y el sonido de las olas del Cantábrico. Aquí, el otoño se vive, con terrazas que miran al mar y locales que ofrecen lo mejor de la tierra y el mar. Un buen plan es acercarse al “Centro Botín” y pedir una rica tortilla de patata, el clásico de la casa. La gastro y la cultura se unen en un espacio diferente. También pásate por la ‘Vermutería Solárzano’ y disfruta de unos caracoles acompañados de un vermú muy Friki. Elaborado en Burgos por Philippe Cesco y Alfonso Sicilia y con XVII Botánicos.
Si prefieres algo más sofisticado, visita “Cañadío” y prueba sus albóndigas con una copa de Tragaldabas. Un tinto, elaborado con la variedad Rufete, que te hará sentir como en casa.
¿Y la música? Pon de fondo “Santander“, de Los Carabelas, mientras disfrutas de las vistas de la bahía y los colores otoñales que se reflejan en el mar. Santander es así: tranquila, pero con carácter. Y su aperitivo no es la excepción.
Santiago de Compostela
Santiago es el punto final de miles de caminos, pero también el comienzo de un buen aperitivo. La ciudad ha sido escenario de series como Hasta el cielo, donde la acción y los intereses encontrados tienen a la ciudad de fondo. Si saboreas los chocos en su tinta en O Gato Negro o te bebes una copa de Cuesta de los Olivos en Casa Camilo, te sentirás como en una escena de la serie. La Rúa do Franco y la Praza do Obradoiro se convierten en sets cinematográficos, donde se respira historia y sabor en cada esquina.
Por otro lado, escucha “Negra Sombra” por Luz Casal, en la terraza del Hotel ‘Costa Vella’. Una canción que captura la profunda melancolía gallega y que marida perfectamente con la belleza del lugar. Un edén donde la niebla, una copa de Lulo 1915 y la música se funden en un ambiente único.