Cuando pensamos en Nochevieja en la Casa Blanca, imaginamos una mezcla de tradición estadounidense y sofisticación gastronómica.
Aunque los detalles exactos de estas cenas suelen mantenerse privados, los menús de eventos oficiales y las costumbres de los presidentes, brindan pistas interesantes sobre lo que podría servirse en la residencia más famosa de Estados Unidos.
Una cena de etiqueta con sabores americanos
En la Casa Blanca, la Nochevieja no siempre se celebra con grandes eventos oficiales. En muchas ocasiones, es un momento más íntimo, reservado para la familia presidencial y algunos invitados cercanos. Sin embargo, como todo en la Casa Blanca, el menú refleja el estilo y las preferencias del presidente y la primera dama.
En cenas de Estado previas y banquetes navideños, los ingredientes locales de alta calidad son protagonistas. Por ejemplo, en eventos recientes, hemos visto langosta del Maine, caviar americano y carnes premium, como costilla de res o pavo relleno. Es probable que estos ingredientes sigan siendo clave para una cena de Nochevieja.
¿Qué podrían servir este año?
Basándonos en los gustos conocidos de la administración actual, podríamos imaginar un menú elegante y representativo de la gastronomía estadounidense:
- Entrantes:
Platos ligeros, como crema de calabaza de invierno o una ensalada de berros con nueces pecanas caramelizadas. A menudo, los entrantes incorporan ingredientes estacionales para destacar la frescura y riqueza local. - Plato principal:
Un clásico como la ternera o el cordero asado, acompañado de guarniciones como puré de patatas con trufa o verduras asadas. También podría incluirse algún pescado emblemático, como salmón de Alaska. - Postres:
La Casa Blanca siempre da protagonismo a los postres tradicionales, aunque reinterpretados con un toque moderno. El pastel de manzana, la tarta de nueces o incluso el pastel de calabaza podrían ser opciones, probablemente servidos con helado artesanal.
Bebidas: vino y algo más
En cuanto a las bebidas, las administraciones suelen optar por vinos y espumosos estadounidenses. Por ejemplo, en cenas pasadas, se han servido Chardonnay de Napa Valley y Pinot Noir de Oregón. Es probable que para Nochevieja no falte un espumoso californiano para brindar al llegar la medianoche.
Además, es costumbre que la Casa Blanca incorpore referencias culturales y personales a las elecciones de las bebidas, destacando regiones vitivinícolas emergentes o bodegas familiares.
El toque personal de cada presidente
Cada administración aporta su estilo a las celebraciones. Por ejemplo, Barack Obama era conocido por su aprecio por la comida sencilla pero bien hecha, mientras que los Trump optaban por cenas más tradicionales y opulentas.
En la actual administración, Joe Biden, y la primera dama Jill Biden, han mostrado interés por platos accesibles, pero con un toque refinado. También se sabe que son grandes defensores de productos locales, así que no sería raro encontrar delicias regionales en la mesa, como ostras de la costa este o maíz dulce en alguna preparación creativa.
Una noche para recordar
Aunque las cenas de Nochevieja en la Casa Blanca pueden no ser eventos masivos, siempre reflejan un equilibrio entre elegancia, tradición y el mensaje de unidad que acompaña la transición a un nuevo año. Este año, podemos esperar que la familia Biden celebre con una cena que combine los sabores de América, productos locales de temporada y un brindis especial para dar la bienvenida al 2025.
Porque, en la Casa Blanca, incluso la cena más íntima es un reflejo de la identidad y los valores de todo un país.