¿Sabéis lo que es Osamu? ¿Una especia japonesa? ¿El ingrediente secreto de un cóctel? ¿Un método de elaboración de sake? Ninguna de las anteriores. Osamu fue nuestro guía en Japón. Un japonés con mucho humor y conocimiento. Para mí, él fue como el Umami, la quinta esencia de la experiencia.
La elección fue Japón patrimonial, por ese momento “cultureta”, en el que quieres descubrir parte del Patrimonio histórico de la humanidad que tiene el País Nipón. He de deciros que la idea valió la pena. Además
En Osaka visitamos Dotombori, su barrio más emblemático. Un lugar lleno de neones y movimiento, además de un canal que no nos recuerda a Ámsterdam, pero que está muy bien. Un lugar vibrante, lleno de vida. Aquí, aprendimos que en Japón hay que mirar hacia arriba, ya que los restaurantes y tiendas pueden estar en cualquier planta, y no es fácil encontrarlos.
Al día siguiente a Nara. Allí visitamos el Templo Todaiji, patrimonio de la Humanidad. La figura del Buda gigante nos dejó sin palabras. Luego, exploramos el parque de los ciervos. Estos caminaban entre nosotros, buscando caricias y comida. Para decir verdad, más comida que otra cosa. Además
Nuestra siguiente parada fue Hyogo. Visitamos Himeji, Kobe y Awaji. En Himeji, está el castillo mejor conservado de samuráis de todo Japón; un lugar maravilloso. También es patrimonio de la Humanidad. ¿Sabéis que los samuráis eran muy bajitos?; ahí lo dejo.
En Kobe, nos paramos en el barrio de Nada. Es famoso por sus bodegas de sake. Kobe es conocido mundialmente por la calidad de su sake y por su carne. Salimos hacia la isla de Awaji-shima. Cruzamos el espectacular puente de Akashi Kaykyo. Además
En Awaji-shima conocimos el complejo proyectado por Tadao Ando, Awaji Yumebutai. Llegamos al hotel, también proyectado por Ando. La arquitectura moderna se fusionaba con la naturaleza perfectamente. Un gran contraste en pocos kilómetros.
De ahí a Kyoto, donde visitamos el santuario sintoísta de Fushimi Inari. Sus miles de torii naranjas son impresionantes. También fuimos al templo dorado Kinkaku-ji, patrimonio de la Humanidad. Además
Luego, exploramos el templo Tenryu-ji, famoso por su jardín de estilo japonés. También paseamos por el bosque de bambú de Arashiyama. Y por la noche, a caminar por Gion. Es como retroceder en el tiempo, y si ves alguna Geisha, no te asombres, pero tampoco le hagas una fotografía; está totalmente prohibido. Kyoto es una ciudad llena de historia y belleza.
En nuestra visita a Nagoya, visitamos el Museo de tecnología e industria de Toyota. Luego, nos dirigimos a Tsumago. Este pueblo es famoso por su ambiente rural medieval. No dejéis de disfrutar de un lugar por el que no ha pasado el tiempo. ¡Ah!, y seguro que algunas compras vais a hacer. Además
Tomamos el tren bala con destino a Shizuoka. Desde allí, exploramos el Parque Nacional de Hakone. Vimos el famoso Monte Fuji, patrimonio de la Humanidad. Las cascadas de Shiraito, formadas por el deshielo del Fuji, son espectaculares. Y los estanques de aguas cristalinas y casas tradicionales de Oshino Hakka tampoco os los podéis perder.
Llegamos a Tokio, una ciudad de contrastes. Asakusa, su barrio tradicional, está lleno de tiendas y templos. Destaca el increíble Senso-ji. En Shibuya, cruzamos por el cruce más transitado del mundo. Se dice que hasta 3.000 personas lo cruzan a la vez.
Shibuya es bullicio, edificios altos y neones por todas partes. Un millón de restaurantes, cafés y tiendas. En Harajuku, visitamos el parque Yoyogi y el Santuario Meiji. También es una zona comercial famosa, con calles como Omotesando. Además
En Akihabara, la ciudad electrónica, vimos tiendas de mangas y maid cafés. Todo lo que uno busca cuando piensa en Japón. En Shinjuku, el mundo de neones y ruido nos envolvió. La estación más transitada del mundo está aquí. Cada día, más de 3 millones y medio de personas pasan por allí.
Lo ideal es visitar Shinjuku de noche. Cenamos en un restaurante de carne, en la quinta planta de un hotel (20 minutos para encontrarlo, pero mereció la pena). También visitamos Kabuchiko, el barrio rojo de Tokio. No nos perdimos el travieso gato 3D en uno de sus edificios. Además
Ginza es la zona más posh de Tokio. Sinónimo de lujo y elegancia. Aquí se encuentran oficinas de grandes empresas y boutiques de las mejores marcas del mundo. Odaiba es una isla artificial que domina la bahía de Tokio. Llena de museos y centros comerciales. Tiene una estatua gigante de Gundam y una réplica de la Estatua de la Libertad.
Desde Tokio, hicimos una excursión a Nikko, a 140 km. Es famoso por sus santuarios y templos, patrimonio de la Humanidad. El paseo por el Abismo Kanmangafuchi fue una experiencia llena de paz.
Este viaje con Osamu fue diferente. En momentos de atasco, aprendimos a hacer pajaritas de papel. También aprendimos a escribir nuestro nombre en japonés. Un sinfín de experiencias que hicieron un viaje inolvidable. Con su humor y conocimiento, fue el ingrediente secreto de nuestro viaje. Como una especia desconocida que realza todos los sabores. Además
Japón es un país de contrastes y maravillas. Si queréis conocerlo mejor, buscadlo en YouTube: Osamu, el mejor guía de Japón.