Ni en Smash, ni en Glee, ni siquiera en ese musical fallido de Britney Spears había tanto drama, champán y taconeo como el pasado domingo en los Tony Awards 2025. Porque sí, el teatro sigue vivo, pero la chismografía gourmet también. Y aquí te lo contamos como debe ser: entre premios, bocados y miradas de “esto no estaba en el guion”.

Nada de agua con gas ni gintónics aburridos. En las fiestas previas y posteriores, lo que se llevó fue la copa temática:

• “A Pitcher of Dorian Grape” (con uva, vodka y espíritu de Oscar Wilde)

• “Sunset Boulevardier”, porque si vas a celebrar que Sunset Boulevard ha arrasado, hazlo con bourbon, Campari y actitud fatalista.

• O el “Death Becomes Her”, con más purpurina comestible que las pestañas postizas de Scherzinger.

Sí, los Tony Awards tienen after-parties tan teatrales como las obras.

Aunque en el Radio City Music Hall no se sirve cena formal, en las viewing parties y en las cenas privadas había de todo:

• Mini empanadas llamadas “Happy Enchiladas”, en honor a Everyone Rise.
• Chips crujientes y bolitas picantes rebautizadas como “mincemeatballs”, por Operation Mincemeat.
• Y helado decorado con confeti de azúcar con nombres como “Tootsie Toffee” o “Mamma Mia Mango”.

¿Excesivo? Totalmente. ¿Lo queremos para nuestra próxima reunión de vecinos? También.

Si te perdiste los premios porque estabas viendo el telediario, aquí va el resumen que necesitas:

• 🏆 Mejor Musical: Maybe Happy Ending.
  Darren Criss se marcó un “sí, puedo hacerlo todo” y ganó como actor principal.
• 🏆 Mejor Revival de Musical: Sunset Boulevard.
  Nicole Scherzinger se convirtió oficialmente en la Norma Desmond del siglo XXI.
• 🏆 Mejor Obra: Purpose, de Branden Jacobs-Jenkins.
  Si no la conoces, vas tarde.
• 🏆 Mejor Revival de Obra: Eureka Day, que se llevó aplausos, premios y varias menciones en Twitter.
• 🏆 Actuación legendaria: Sarah Snook (Succession) hizo doblete con The Picture of Dorian Gray.
  Sí, también sabe actuar en directo. Y brilla más que cualquier NFT.

Y atención: Cole Escola, con su papel en Oh, Mary!, se llevó el premio a mejor actor en obra, haciendo historia como la primera persona no binaria que lo logra. Brava, bravo, bravi.

Si los premios fueron buenos, el salseo fue aún mejor:

En el after del hotel Carlyle, Darren Criss cantó un medley de los 90 como si estuviera en su boda con Broadway. JC Chasez lo miraba como si fueran a montar una boy band teatral. Mientras, Nicole Scherzinger, entre premio y copa, se hizo fotos con medio reparto de Wicked. Parece que ahora sí la quieren en Broadway.

Cole Escola lloró, brindó y se abrazó con su amigo Ben Rimalower como si el Tony pesara una tonelada de emociones. Y Kara Young, que ya colecciona premios como otros sellos, fue la reina silenciosa de la noche: sonrisa discreta, vestido imposible y premio en mano. Segunda vez consecutiva que gana. ¿La Meryl Streep de los Tony?

En la gala, aunque no se vio en cámara, corría el champán como en Cabaret antes del desastre. También hubo brindis con vino blanco en backstage, según cotillean desde Vanity Fair, y cócteles personalizados servidos en las cenas privadas. A ver, si vas a ganar un Tony, mínimo que te sirvan algo con oro flotante.

También en los Tony Awards hubo barra libre de whisky escocés Dewar’s en el speakeasy backstage. En otras ediciones se han servido etiquetas como Johnnie Walker Blue Label y Basil Hayden en cócteles personalizados. Este año, lo más visto fueron tragos temáticos más teatrales que discretos. ¿Y vino? Esta vez, nada de tinto entre bambalinas. Al menos, no que las fuentes oficiales hayan querido contar.

Los Tony 2025 han sido un cóctel perfecto: glamour sin alfombra roja (este año no hubo por las reformas del hall), discursos emotivos, inclusividad real, y mucho, mucho talento. Pero también han sido un recordatorio: si algo nos salva del drama cotidiano, es otro drama… con música.

Y si piensas organizar tu propia noche de premios en casa, recuerda:

• Un “Sunset Boulevardier” bien frío,
• empanadas con nombres ridículos,
• y tu grupo de WhatsApp listo para cotillear en directo.

Porque, amiga, el teatro no se ve: se vive. Y si no hay purpurina en la copa, te lo estás perdiendo todo.