¡Ah, el 1 de abril! Ese día en que el mundo anglosajón se entrega al noble arte de la inocentada, mientras nosotros, los hispanohablantes, observamos con una mezcla de desconcierto y envidia. Porque, admitámoslo, nos encantaría tener una excusa oficial para gastar bromas sin remordimientos. Pero no, nosotros esperamos hasta el 28 de diciembre para hacer nuestras travesuras. Siempre nos ha gustado ir a contracorriente.
Y hablando de sorpresas, resulta que una jueza en Bogotá ha decidido que Carlos Lehder, aquel ilustre cofundador del Cartel de Medellín, ya ha pagado suficientemente por sus pecados. Después de pasar más de tres décadas tras las rejas en Estados Unidos, y un retiro en Alemania, regresa a Colombia justo a tiempo para… ¿una fiesta de bienvenida?
Quizás sea el momento de catar alguno de los nuevos vinos que inundan el mercado. Estos que prometen hacernos olvidar, al menos temporalmente, el caos que nos rodea. Yo ahora me tomaría una copa de la nueva añada de Pazo San Mauro. Un albariño frutal, que me hará llevar mejor el día después de ver las noticias.
Mientras tanto, al otro lado del charco, el presidente Donald Trump, en su inagotable afán por mantenernos entretenidos, anuncia una nueva tanda de aranceles. Según él, liberarán a Estados Unidos de la dependencia de productos extranjeros. Lo llama el “Día de la Liberación”. Qué poético. Aunque, para ser justos, también promete ser “benévolo” con estos aranceles, porque en el fondo, todos sabemos que es un alma caritativa.
En el ámbito mediático, Prisa ha decidido que eso de la televisión no es lo suyo. Ha renunciado a optar por una nueva licencia. Al parecer, prefieren concentrarse en la prensa y la radio, esos medios tradicionales que, como el buen vino, mejoran con los años. O quizás simplemente han decidido que es más prudente no embarcarse en aventuras televisivas en tiempos tan inciertos.
Para aquellos que buscan evadirse de la realidad, el mundo del espectáculo ofrece nuevas propuestas teatrales y cinematográficas. Porque, seamos sinceros, a veces es más llevadero sumergirse en una ficción bien construida que enfrentarse a las noticias del día.
Así que, mientras el mundo sigue girando y sorprendiéndonos con sus giros inesperados, brindemos con una copa de Victoria, el rosado de José Pariente, por las ironías de la vida y el espectáculo continuo que nos ofrece la actualidad. ¡Salud!