En el mundo de la viticultura, la lucha contra la contaminación por humo se intensifica, especialmente en regiones propensas a incendios como Australia, California, Canadá y Sudáfrica. Con la creciente frecuencia e intensidad de los incendios forestales, debido al cambio climático, la prevención del daño por humo en los viñedos se vuelve cada vez más crucial.
Un desarrollo prometedor en este ámbito es el uso de telas de carbón activado, según un artículo publicado por Teri van Aalst, en Wine Industry Network. Esta innovación podría proteger los viñedos del daño causado por el humo. El concepto de emplear estas telas para prevenir la contaminación por humo surgió tras los incendios forestales de 2020 en Australia y Estados Unidos.
La profesora Kerry Wilkinson, experta de la Universidad de Adelaida en Australia del Sur, ha liderado las investigaciones en esta área. Peter Michael Winery en California la contactó para realizar pruebas de protección en las uvas. Los resultados iniciales fueron sorprendentes. Cuando se colocaron bolsas de tela de carbón activado sobre los racimos de uvas, estas bloquearon significativamente más compuestos de humo que las cubiertas de plástico y papel. Estas últimas solo lograban bloquear alrededor del 50%. “Nos sorprendió lo bien que funcionó la tela de carbón activado”, comenta Wilkinson. En las pruebas, la tela bloqueó hasta el 98% de los compuestos de humo, incluso con exposiciones densas.
Actualmente, el equipo de Wilkinson está desarrollando un material más robusto. El objetivo es crear un enrejado de carbón activado que pueda colocarse sobre un viñedo completo. Este enrejado permitiría que la luz solar llegue a las hojas, promoviendo el crecimiento, y sería mucho más fácil de aplicar que la tela de carbón activado. Según Wilkinson, “la transición de la tela al enrejado representaría un avance significativo”.
El enrejado debe ser fuerte y duradero, capaz de resistir las condiciones del viñedo sin perder sus propiedades absorbentes. Infundido con carbón activado, el enrejado podría actuar como una barrera física y una capa absorbente. Esto ayudaría a capturar los compuestos de humo antes de que lleguen a las uvas. Un enrejado podría cubrir un viñedo completo, eliminando la necesidad de tratamientos laboriosos viña por viña.