El champán no es solo una bebida; es un símbolo de celebración, glamour y momentos inolvidables. Desde fiestas hasta películas y canciones, las burbujas de esta bebida han estado en el centro de historias fascinantes. Hoy vamos a sumergirnos en las anécdotas más divertidas, curiosidades sorprendentes e historias del champán en la cultura pop.

¿Sabías que las burbujas del champán no eran inicialmente intencionadas?

Todo comenzó en el siglo XVII, cuando los vinos espumosos no eran una moda, sino un problema. Los monjes de la región de Champaña intentaban crear vinos tranquilos, sin burbujas, pero las bajas temperaturas del norte de Francia complicaban la fermentación. Los vinos se embotellaban antes de completar el proceso y, cuando llegaba la primavera, el calor activaba la fermentación, ¡provocando explosiones de botellas en la bodega!

Fue el monje Dom Pérignon quien decidió aprovechar este “problema” a su favor. Él descubrió que podían controlar las burbujas, usando botellas más resistentes y corchos. Gracias a este monje, ¡hoy podemos disfrutar del champagne!

Si piensas que las botellas de champán son peligrosas hoy, imagínate en aquella época. Las explosiones eran tan comunes que se decía que uno de cada cinco trabajadores de bodega podía perder un ojo en el proceso. Por eso, las llamaban “bombas de la alegría“. Así que, la próxima vez que abras una botella, recuérdalo y asegúrate de apuntar en la dirección correcta.

Estas burbujas han tenido su momento estelar en el cine. En la película Casablanca, Rick Blaine, interpretado por Humphrey Bogart, sirve champán a Ilsa mientras planea su escape. Ese momento lo marcó como símbolo del romance y la nostalgia.

Y hablando de grandes nombres, Marilyn Monroe es otra actriz icónica que amaba el champán. Dicen que una vez se dio un baño en champán, se utilizaron 350 botellas. ¡No cualquiera puede presumir de eso!

Por otro lado, ¿recuerdas a James Bond? Nuestro espía favorito tiene una relación muy especial con el champán. En casi todas sus películas, Bond pide una copa de champán de la casa Bollinger. Es su burbujeante elección para celebrar las victorias (o romances) con estilo.

El champán siempre ha sido símbolo de lujo, pero hay quienes llevan esta idea al extremo. En 2011, se subastó una botella de champán Veuve Clicquot de 1841, que encontraron en un barco hundido en el Mar Báltico. Esta botella tenía más de 160 años de antigüedad, y un coleccionista pagó 30.000 euros por ella. ¡Eso sí que es un brindis con historia!

Esta pregunta parece un desafío, pero los científicos no descansan hasta resolver misterios como este. Un estudio reveló que en una copa de champán pueden formarse unos ¡49 millones de burbujas! Sí, 49 millones de pequeñas explosiones de alegría en cada copa. Así que, si alguna vez tienes curiosidad, ya sabes cuántas burbujas puedes contar (aunque mejor disfruta del champán en vez de contar).

Además de aparecer en el cine, el champán también ha sido protagonista en la música. Desde Andrea Bocelli hasta Lady Gaga, muchos artistas han incluido la bebida burbujeante en su vida y en sus letras.

Jay-Z, por otro lado, convirtió al champán en sinónimo de éxito. Su marca, Armand de Brignac, es una de las más caras del mercado. Jay-Z la menciona en varias de sus canciones, y es el champán que celebridades y raperos adoran mostrar. Así que, si alguna vez quieres brindar al estilo de una estrella, Armand de Brignac es la bebida de los reyes de la música. Y ahora es parte del portfolio de LWMH.

El champán no solo tiene estilo, sino también reglas de etiqueta muy particulares. Por ejemplo, su copa perfecta no es la “flûte” (alargada), sino una copa de vino blanco y en ocasiones de tinto. Esto permite que respire y libere mejor sus aromas.

Además, el ángulo ideal para servirlo es de 45 grados, porque así las burbujas se conservan más tiempo. Y, si tienes un sable a mano, no intentes degüellar la botella, vamos, abrirla de un golpe con una espada; es peligroso. Esta tradición proviene de los soldados de Napoleón, que celebraban así sus victorias.

Desde hace siglos, el champán es la bebida preferida por la realeza y los políticos. En 1889, cuando se celebró la inauguración de la Torre Eiffel, más de 400.000 botellas de champán se abrieron en un solo día. Esto convirtió el evento en la fiesta de champán más grande de la historia. Hoy en día, en ocasiones diplomáticas y ceremonias de estado, el champán sigue siendo el protagonista.

Por otro lado, Winston Churchill también tenía una relación especial con esta bebida. En plena Segunda Guerra Mundial, su bebida favorita era Pol Roger. Dicen que Churchill tomaba una botella diaria, incluso en los días más oscuros de la guerra. Él mismo dijo que el champán era esencial para “la victoria”. ¡Todo un brindis de resistencia!

¿Sabías que la palabra “brindis” viene de la frase alemana “bring dir’s”, que significa “te lo traigo”? A lo largo de los siglos, levantar una copa se convirtió en el acto de celebrar. Hoy, al brindar, celebramos momentos y honramos a las personas con quienes compartimos. Pero si quieres darle un toque cinematográfico, prueba a brindar como en El Gran Gatsby. En la adaptación de Baz Luhrmann, Leonardo DiCaprio levanta su copa con una intensidad y estilo que ya se han vuelto legendarios. ¡Perfecto para capturar la atención en cualquier fiesta!

El champán también tiene su lado supersticioso. En Francia, algunos creían que si una persona soltera terminaba la última gota de una botella, ¡sería la próxima en casarse! Así que, si estás buscando el amor, tal vez esa última gota sea mágica. Y si no, al menos, tendrás una buena excusa para servirte otra copa.