El pasado diciembre hubo cierta consternación en la industria del vino en Francia, después de la emisión de un documental en France 2. Este mostraba casos de producción fraudulenta de vino en todo el país, creando la confusión de dos elaboradores con apellido Chopin.
Las historias incluían las actividades del comerciante de vinos Didier Chopin, sospechoso de haber vendido champán falso. Las revelaciones provocaron confusión con otro dominio, el de Julien Chopin.
Se sospechaba que Didier Chopin había vendido más de un millón y medio de botellas de vino blanco español, de gama baja, carbonatado con CO2. Esta práctica fue denunciada por varios empleados de la empresa, mientras que el principal implicado niega los hechos.
Por otro lado, Julien Chopin, aunque se vio afectado, reaccionó con humor ante este malentendido en las redes sociales.
Publicó: “¡No existe un burro solo llamado Martín! O, mejor dicho, en nuestro caso: ¡No hay solo un enólogo llamado Chopin!
También comentó: “Desde octubre pasado, es como una pequeña música molesta” y “Me siento obligado a justificarme y a decir que no tengo nada que ver con este señor, que lleva el mismo apellido”, en referencia a Didier Chopin, comerciante de vinos del Marne, acusado de haber producido champán falso en Aisne.
“Al principio supuse que no habría ningún impacto, pero desde la emisión del documental, los clientes nos han llamado para decirnos que, cada vez más, tenían que explicar a amigos o conocidos que no es nuestra zona la que está en juego”.
A esto, el enólogo de Monthelon decidió responder con humor en las redes sociales: “Domaine Julien Chopin: ¡Ya no beberás nuestro champán por casualidad!” o “Naturalmente espumoso”, o “Beban champán de verdad” …
Es una empresa familiar, que produce champán y ratafía champenoise desde hace tres generaciones en la vertiente sur de Épernay.