España está de oferta. Tenemos Día del Celíaco, Día Mundial del Hambre, Día de la Hamburguesa, Día de la Papa y Día Mundial de la Salud Digestiva en la misma semana. A esto súmale el Día Mundial de Drácula, que no es fiesta nacional pero casi. Aquí hace años que nos chupan la sangre… y no precisamente desde Transilvania. Digestión

Mientras tanto, el mundo se cuece en su propia salsa. En Estados Unidos, Trump ha vuelto a la Casa Blanca con más aranceles que pelo natural. Ha iniciado una nueva guerra comercial, porque la anterior le pareció poca cosa. Europa tiembla, Asia se reorganiza y América Latina se santigua. Pero no pasa nada, en Supervivientes, Anita se hace una prueba de embarazo en directo y todo vuelve al orden natural del entretenimiento occidental. Digestión

El hambre cotiza a la baja

El 28 de mayo, el mundo celebra el Día Mundial del Hambre con una efeméride tan simbólica como hipócrita. Hay más de 735 millones de personas pasando hambre en el planeta. Eso sí, nosotros lo recordamos con hashtags y una hamburguesa doble con queso.

La misma jornada es el Día Internacional de la Hamburguesa. Esa gloriosa contradicción hecha alimento: pan, carne y marketing. Las cadenas de comida rápida lo celebran con descuentos obscenos. En Telecinco el trending topic no es la malnutrición infantil, sino si Anita está embarazada de un nutricionista mediático. Un drama digestivo y emocional, muy propio del Día Mundial de la Salud Digestiva, que cae el 29. El mundo tiene úlcera, colon irritable y pensamiento inflamado. Digestión

El celíaco: nuevo mártir del supermercado

El 27 de mayo es el Día Nacional del Celíaco en España, o lo que es lo mismo: el día en que los supermercados sacan sus productos sin gluten con precio de caviar iraní. Según la OCU, comer sin gluten puede costarte más del doble. En otras palabras, ser celíaco en este país es como ser aristócrata sin castillo: todo postureo y ninguna propiedad.

Pero si eres celíaco, al menos tienes visibilidad. Si eres pobre, solo tienes hambre. Y si eres pobre y celíaco, probablemente no existes en las estadísticas del ministerio. Digestión

Trump, Putin y la egopolítica de postín

En Estados Unidos, Donald Trump ha vuelto al despacho oval como quien vuelve a un after a las 9 de la mañana: despeinado, sin filtro y con ganas de guerra. Ahora le ha dado, otra vez, por los aranceles. Por cerrar acuerdos como si fueran sobres de cromos, y por retar a medio planeta con la elegancia de un toro en una cristalería. El mundo, mientras, hace como que negocia.

En Europa, Francia se despeina en sus propias elecciones. Mientras, Alemania busca un líder con más carisma que una tostadora (difícil). La egopolítica está de moda: se gobierna con el yo por delante, el selfie por bandera y la empatía en barbecho.

La papa y la digestión del sistema

El 30 de mayo se celebra el Día Internacional de la Papa. Y uno se pregunta si no es la papa la única que se salva en este drama. Ella, tan humilde, tan de todos, tan adaptable. La papa no necesita gluten, ni masterclass de influencers, ni discursos en Davos. Solo necesita tierra y tiempo. Cosas que cada vez sobran menos.

Y, mientras los líderes mundiales discuten sobre el futuro del planeta entre canapés y agua con pH 8.8, la papa sigue alimentando a media humanidad con más dignidad que muchos de los que se hacen llamar estadistas.

España, panza arriba

Aquí, en España, las encuestas bailan, los precios siguen su ascensión mística y los debates son sobre si Belén Esteban vuelve o no a la tele, o si Rafa Nadal juega un último Roland Garros. La inflación ya no se mide en porcentaje, sino en el número de veces que uno suspira frente a la caja del supermercado.

La única revolución que se cuece es la digestiva, entre la hamburguesa del miércoles, el pan de quinoa del jueves y la papa frita del viernes. Si Freud viviera hoy, escribiría El malestar en la digestión.

Esta semana celebramos a Drácula, al celíaco, al hambriento, a la hamburguesa, a la digestión y a la papa. Solo falta el Día Mundial del Contradictorio, porque vivimos en una comedia escrita por Kafka, dirigida por Buñuel y emitida por Mediaset.

Y si alguien duda del rumbo de este mundo, que se tome una infusión de jengibre y reflexione. Que lo mismo no arregla nada, pero al menos alivia.