La reciente muerte de Jimmy Carter ha dejado un gran vacío en el corazón de muchos. Este presidente, conocido por su humildad y su dedicación a la paz, también tenía una conexión especial con el mundo del vino. ¿Sabías que era un apasionado viticultor? Vamos a explorar su legado presidencial y su amor por el vino.
Jimmy Carter, nacido en 1924 en Plains, Georgia, asumió la presidencia en 1977. Su administración, que duró hasta 1981, fue un período de reformas y cambios. Entre sus reformas más notables, Carter redujo el tamaño del personal de la Casa Blanca, instaló paneles solares en la residencia presidencial y promovió políticas de conservación de la energía.
Carter decidió servir solo vinos nacionales en las comidas y cenas oficiales de La Casa Blanca, en su mayoría de California y Nueva York. Esto no fue sólo algo patriótico, sino económico. Se ahorraban aproximadamente un millón de dólares al año en gastos de comidas en la Casa Blanca.
La relación de Carter con el vino no se limitaba a su labor como presidente. Era un viticultor apasionado, siguiendo una tradición familiar. Su abuelo cultivaba 6 hectáreas de viñedo en Georgia para hacer el vino dulce de Scuppernong. Algo típico en Estados Unidos.
Carter mejoró la receta de su abuelo, creando un vino seco de Scuppernong. Cada agosto, reunía a su familia para recoger unos 190 kg de uva. Utilizaba una prensa de vino antigua, de unos 250 años, y fabricaba el resto de su equipo. ¡Impresionante!
El 75% de su producción era vino tinto, y el resto, blanco. Cada cinco años embotellaba el vino, regalándolo a amigos y familiares, y también lo subastaba a favor de su organización benéfica, el Centro Carter.
Jimmy Carter, el presidente granjero, viticultor y filántropo, dejó una huella imborrable. Su vida fue un testimonio de dedicación y amor por las causas justas, incluyendo su pasión por el vino. Descanse en paz, presidente Carter.