¿Quién iba a imaginar que la ensalada verde sería la rockstar de nuestra dieta? Sí, mientras soñamos con platos como paellas domingueras, el informe del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación revela que el plato más consumido en España en 2023 es, nada más y nada menos que… ¡la ensalada verde! Eso sí, seguida muy de cerca por la pizza, nuestro eterno antojo internacional.
Aparentemente, las cenas ligeras han ganado protagonismo. Los españoles consumimos más de 11 kg de ensalada verde por persona al año. Esto supera incluso a otros clásicos como el pan o la fruta fresca. Pero ¿qué pasa con esos platos icónicos que nos representan? Pues bien, la paella, por ejemplo, no llega ni a la lista de los más consumidos. Parece que nos encanta presumir de ella, pero en la práctica no se cuece tanto arroz en nuestras cocinas como se pensaba.
Ahora bien, esto no significa que hayamos perdido la afición por la buena comida. Ahí entra la pizza, que se consume casi tanto como la ensalada verde. Puede que la veamos como un capricho de viernes por la noche, pero se ha convertido en una compañera habitual de nuestras cenas. En parte, esto se debe a su facilidad de preparación, su variedad de sabores y, claro, la influencia de la comida rápida. ¿Quién diría que este plato, nacido en Nápoles, sería tan bien recibido en nuestros hogares?
Por otro lado, la fruta también se lleva una buena parte del pastel. Mandarinas, naranjas y plátanos figuran en los primeros lugares del ranking, con un consumo medio de 100 gramos al día por persona. Esta cifra es considerablemente superior al consumo de alimentos preparados, como las patatas fritas o los snacks salados, que muchos asocian con el estilo de vida joven y despreocupado. Parece que estamos cuidando más nuestra alimentación de lo que aparentamos en redes sociales, ¿verdad?
Y hablando de comida y redes sociales, algo que sorprende es la posición de la pasta. Aunque creamos que los espaguetis y macarrones son omnipresentes en nuestros menús semanales, la realidad es que no son de los alimentos más consumidos. Este año, se han quedado por detrás de productos como los huevos y las hortalizas frescas. ¿Dónde han quedado las míticas escenas a lo Dama y Vagabundo?
Lo que sí se mantiene en el top es el pan. Aunque no se consuma tanto como en décadas pasadas, sigue siendo un básico. Tal vez ya no lo usemos para mojar en cada salsa, pero sigue formando parte de desayunos y cenas. Y aquí hay un dato curioso: el consumo de pan integral ha aumentado en detrimento del pan blanco. Cada vez somos más conscientes de lo que comemos, apostando por opciones más saludables, sin renunciar a las raíces.
Si hablamos de bebidas, el agua sigue reinando en nuestras mesas. Cada español consume, de media, más de 60 litros al año. Y a pesar de lo que se cree, el consumo de bebidas azucaradas, como refrescos y zumos, ha disminuido. ¿Serán los efectos de las campañas de salud pública o simplemente nos hemos pasado al team del agua con gas?
Un caso curioso es el de los yogures y la leche. Aunque estos productos siguen en el podio de los más consumidos, su presencia ha disminuido en comparación con otros años. Las leches vegetales, como las de avena o almendra, están ganando terreno. Pero el queso sigue siendo una debilidad, especialmente en su versión curada. ¡Somos incapaces de resistirnos a un buen trozo de manchego! O quizá sea por eso de la intolerancia a la lactosa…
Para los más golosos, la noticia no es tan dulce. Los postres tradicionales y pastelería han descendido en el consumo. Parece que hemos dejado atrás la costumbre del dulce tras cada comida, priorizando opciones más ligeras o frutas.
En resumen, la gastronomía española sigue sorprendiendo. Aunque nos encanta presumir de ciertos platos, la realidad del consumo va por otro camino. Somos más de ensaladas y frutas que de paellas y pasta. Pero claro, cuando llega el fin de semana, la pizza se lleva la palma.