El robo tuvo lugar a principios de marzo, dentro de las instalaciones del Domaine du Château de Viviers, en Chablis.
Los delincuentes se apoderaron de:
- Más de 150 cajas de seis botellas de la cosecha 2022,
- junto con 225 magnums de las añadas 2020 y 2021.
Este golpe no solo representa una pérdida económica significativa, sino también un golpe emocional para Lefébure y su familia, quienes se dedican a la producción biodinámica y orgánica.
El productor, Arnould Lefébure, estima que el valor total de los vinos robados supera los 50.000 euros.
La meticulosa planificación del asalto se evidencia por la cantidad de vino sustraído, que equivaldría a más de tres toneladas. Además, el transporte de 225 magnums en cajas de madera, requiere un esfuerzo considerable y una logística precisa.
Las botellas robadas estaban destinadas a China. Esto sugiere que los delincuentes tenían conocimiento sobre la industria del vino y sus mercados. El productor, mantiene una ligera esperanza de recuperar las botellas, que poseen características distintivas, como cápsulas de cera azul hechas a mano y etiquetas únicas.
Aunque reconoce las dificultades para recuperar los vinos, confía en que la singularidad de sus botellas podría facilitar su identificación en el mercado.
El Domaine du Château de Viviers
A finales del siglo XII, los monjes benedictinos de la abadía de Saint Michel de Tonnerre cultivaron viñedos, en las laderas de Viviers. Allí construyeron una bodega con una capilla románica.
En 1399, la muy poderosa familia Budé, notario del rey, compró el Domaine de Viviers, ya famoso por su vino, y construyó una fortaleza cuadrada que se convirtió en la sede del comercio de vinos de Borgoña. En 1628, el castillo fue reconstruido y se inauguró la hermosa fachada clásica de piedra actual.
El Vino de Viviers alcanzó gran notoriedad llegando a servirse en Versalles y en las bodas de Luis XIV y Luis XV, pero, justo antes de la Primera Guerra Mundial, la filoxera, y las deudas de juego, acabaron con la vida vitivinícola del castillo de Viviers durante casi 70 años.
A principios de los años 1980, los padres del actual propietario, Bernard y Brigitte Lefébure, decidieron replantar el terreno con la ayuda de Albert Bichot, que obtuvo el contrato de arrendamiento y decidió convertirlo en su marca de lujo Chablis.
En octubre de 2019, Arnould e Isabelle se hicieron cargo de la propiedad, que inmediatamente se convirtió a la agricultura biológica y biodinámica.