El otoño es como esa canción que empieza lenta y termina con todos en la pista. Los días se acortan, el frío asoma, y lo que de verdad apetece es un plan con vino. Pero no cualquier plan: planes enológicos de verdad, con agenda, copa en mano y sin dramas. Aquí tienes una guía para salir de casa (o quedarte en ella) con estilo.
Feria del Vino de El Molar (Madrid)
El Molar se pone en modo “mini capital del vino” del 3 al 5 de octubre de 2025. Tres días de catas, bodegas locales y ambiente festivo a media hora de la capital. Ideal para sentir que viajas sin perder el metro de vuelta.
Matavendimia en Jumilla (DOP Jumilla)
El 25 y 26 de octubre de 2025, Jumilla celebra la resaca más elegante: la feria Matavendimia, con catas, visitas a bodegas y gastronomía local. Es como cerrar el verano con un brindis largo y bien servido.
Fiestas del Vino en Bullas (Murcia)
Del 18 de septiembre al 5 de octubre de 2025, Bullas celebra sus fiestas con rutas de bodegas, exposiciones y talleres. Es el plan perfecto para maridar cultura, gastronomía y tradición. Y todo en un pueblo que convierte la vendimia en celebración colectiva.
Jornadas Gastronómicas en Somontano
La Ruta del Vino Somontano monta en octubre unas jornadas para comer y beber sin remordimientos: túnel del vino con más de 60 referencias y menús maridados con producto local. Una orgía de sabores que deja a cualquier “brunch” neoyorquino en simple desayuno tardío.
Escapadas con bodega incluida
- Bodegas Valbusenda (Zamora): hotel + spa + vino. El plan soñado para quienes creen que el jacuzzi también merece copa.
- Eguren Ugarte (Rioja Alavesa): cuevas subterráneas, viñedos centenarios y la sensación de entrar en una novela de aventuras.
- Pago de Tharsys (Utiel-Requena): vendimia nocturna, burbujas bien hechas y la excusa perfecta para una escapada con estrellas.
Y si no quieres moverte…
El enoturismo también cabe en casa:
- Monta una cata ciega con amigos (los risottos de WhatsApp incluidos).
- Haz un maratón de series y abre un vino distinto por episodio.
- Pide un kit gourmet con ibéricos, queso y botellas de bodegas pequeñas: menos esfuerzo, más placer.
Conclusión
El otoño pide vino, sí, pero también pide planes que mezclen cultura, viajes y sobremesas largas. Desde ferias populares hasta hoteles con spa vinícola, la temporada viene cargada de excusas para brindar. Y lo mejor: todos son planes sin estrés.
Porque octubre y noviembre no se sobreviven con paraguas. Se celebran con copa.




