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Pequeñas D.O.’s, grandes vinos: los premiados que tienes que probar ya

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Hay vinos que te gritan desde una valla en la autopista. Y otros que susurran como bolero de cantina. Los vinos de las Pequeñas D.O.’s no hacen ruido, pero qué bien suenan.

Este año, en Cangas del Narcea, esos vinos únicos se dieron cita en el Concurso Nacional de Vinos de las Pequeñas D.O.’s 2024. ¿El resultado? Una sinfonía de Gran Oro, Oro, y emoción. Porque si algo dejaron claro es que el tamaño no importa. Importa el alma.

En Cangas, entre montañas y acento asturiano, se reunieron vinos que solo necesitan un descorche. Y lo dieron todo.

Las Pequeñas D.O.’s son así: silenciosas, pero cuando aparecen en la copa, lo llenan todo. Como los perfumes caros: se sirven en frascos pequeños.

Y aquí, los protagonistas fueron muchos. De Cangas a El Hierro, de Manchuela a Priorat, de Abona a Monterrei. Un viaje sensorial, botella a botella.

Grandes Oros: los de las emociones fuertes

  • 🎖 Viña Frontera Tinto Dulce 2018 (El Hierro) – 96 puntos
    Una sinfonía dulce que baila entre el volcán y el mar. Para terminar cenas con beso.
  • 🎖 Verdea Albarín Blanco TC 2024 (Cangas) – 95 puntos
    Un blanco joven que vibra como un disco de The Smiths bien servido.
  • 🎖 Papaino 2024 (Canary Wines) – 95 puntos
    Otro albarín con alma volcánica. Como si el viento de las islas te diera una bofetada de flores.
  • 🎖 Marba Blanco Barrica 2024 (Tacoronte-Acentejo) – 95 puntos
    Textura, cuerpo, y barrica bien puesta. Rock de autor.
  • 🎖 Martínez Parrondo Premium Albarín Blanco 2023 (Cangas) – 94 puntos
    Una joya de la montaña, con chispa, nervio y acidez para enamorarte.
  • 🎖 Viña Frontera Baboso Tinto 2022 (El Hierro) – 94 puntos
    Un tinto joven pero profundo. Como un verso de Sabina cuando aún no llevaba sombrero.
  • 🎖 Paramera 2021 (Valtiendas) – 94 puntos
    Tinto de los que se hacen a fuego lento. Crianza con carácter y final largo como domingo de otoño.
  • 🎖 Quinta das Tapias Godello 2024 (Monterrei) – 94 puntos
    Un godello que lo tiene todo. Como ese disco que no te cansas de poner.

Medallas de Oro: más que un premio, un manifiesto

  • 🟡 Flor de Chasna 2022 (Abona)
    Dulce natural con perfume de volcán. Ideal para acabar una cita (o empezarla).
  • 🟡 750 Máximo Décimo 2016 (Vinos de Madrid)
    Un vino serio, con fondo y con historia. Como un vino que da conversación.
  • 🟡 Cenizas del Volcán 2024 (Lanzarote)
    Un blanco sin crianza, directo como una canción de Love of Lesbian.
  • 🟡 Señorío de Ibias (varios premios)
    Alta montaña, cuvées, viñedos singulares… Adrián Fernández Cerdeira se ha llevado el oro por triplicado.
    Si existiera un Grammy del vino asturiano, sería suyo.
  • 🟡 Testamento Malvasía Aromática Dry 2024 (Abona)
    Seco, elegante, tropical y vibrante. Una playlist de aromas en cada trago.
  • 🟡 Siluvio (tinto y blanco)
    Dominio de Ibias pone estilo y precisión. Vinos con visión de autor y poesía de terruño.
  • 🟡 Finca Los Halcones Bobal 2021 (Manchuela)
    Bobal bien hecho, con paso firme y elegante. Como un baile de salón sin tropiezos.
  • 🟡 Pago de Irache 2020 (Pago Prado de Irache)
    Serio, bien criado, para paladares que saben lo que buscan. Y lo encuentran.
  • 🟡 La Grieta Vendimia Nocturna (Lanzarote)
    Vendimiado de noche, soñado de día. Para brindar mirando estrellas.
  • 🟡 Lágrima Cepas Centenarias (Lanzarote)
    Malvasía con historia en cada gota. Como un cuento isleño que no se olvida.
  • 🟡 Bobal Icon 2023 (Manchuela)
    Juventud, fruta, y elegancia. Como si la bobal se hubiese vestido para una gala indie.
  • 🟡 Niray Blanco Seco 2024 (La Gomera)
    Una sorpresa gomera que refresca y convence. Como un chapuzón en Charco Azul.
  • 🟡 Gurdos Rosado 2024 (León)
    Rosado con alma norteña. Ligero, floral, y con ganas de fiesta.

Y podríamos seguir. Porque este concurso ha sido un himno coral a la diversidad vinícola. Y todas estas medallas nos recuerdan que el vino no necesita fama para tener valor. Solo necesita tierra, paciencia… y alguien que lo escuche.

¿Y por qué deberías probarlos?

Porque beber un vino de una Pequeña D.O. es como elegir un vinilo frente a Spotify. Es sentir, viajar sin moverse. Es apostar por lo auténtico.

Además, ayudan a mantener vivo el campo, las variedades olvidadas, las comarcas que pelean contra el olvido. Beberlos no solo es un placer. Es un acto de amor.

Desde mariacong.com no tenemos duda: estas denominaciones pequeñas son gigantes del sabor. Brindamos por sus vinos, por su coraje, por sus premios y por su verdad.
Porque en un mundo de ruido, ellas siguen apostando por el contenido.

Y tú, ¿ya has probado alguno? Que no te lo cuenten.

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